Grita México Clausura 2022 - Final
Otro certamen de futbol mexicano que llega a su fin y ya podemos presumir un nuevo bicampeonato con la obtención del tercer título para el Atlas, que superó a Pachuca por marcador global de 3 a 2 en una final tan espectacular como meritoria en ambos casos.
Quizás hoy con el resultado en manos podemos aquejar que en toda la serie en general no hubo un espectáculo tan intenso como hubiésemos presupuestado quienes seguimos a cada uno de los equipos durante todo el semestre, pero también vale la pena suponer y entender que las finales muchas veces se juegan a ritmos distintos y hay una predisposición natural en toda persona participante para no cometer fallos en jugadas que tal vez en otro escenario supondrían menor riesgo.
A continuación recapitularemos un poco cómo se llegó a un nuevo campeonato para Atlas y qué aspectos fueron primordiales para superar a Pachuca en ambos juegos.
Ida
Los primeros 90' minutos de acción fueron un vivo reflejo de los estilos de juego tan marcados que han proyectado tanto "rojinegros" como "tuzos" durante buena parte del semestre y sobretodo en esta fase final.
Pachuca terminó con un resultado un tanto injusto al no poder anotar en ninguna ocasión de las muchas oportunidades generó en ataque. Atlas fue fiel al estilo que los ha llevado a realizar historia pura en los meses recientes y pese a que tuvo fallas considerables para sostener el futbol intenso de Pachuca, también logró demostrar su sobrada capacidad para jugar de manera reactiva o con mayor dinamismo en mediocampo.
Cocca encontró en Reyes durante esta liguilla a un jugador muy completo y maduro al que nuevamente le dio uso como volante interior con despliegue táctico constante entre faceta defensiva y ofensiva, siendo esta última la que mejor ha sabido aprovechar, principalmente por los movimientos de Furch y Quiñones en área pasando por momentos desapercibido y con oportunidades bastas de rematar sin marca definida.
Lo que claramente perdió Atlas al prescindir de Márquez como jugador de arranque en mediocampo es la capacidad para controlar esa zona y fue relativamente fácil para Sánchez y Chávez adelantar líneas en todo momento obligando a Rocha y a Zaldívar a que jugaran muy pegados a la zaga central.
Por fuera muchos esperábamos que ambos clubes apostaran gran parte de su vocación e ideas en ataque por los 2 lados del campo. Para sorpresa de todos tanto Atlas como Pachuca solamente aprovecharon una banda, que en el caso concreto de los "zorros" fue por izquierda con Chalá y por los "tuzos" fue con Hurtado y Álvarez por derecha. Fue evidente lo mucho que se desperdició la capacidad por los otros carriles en ambos equipos principalmente con Ibarra que nunca pesó para Pachuca. Entendiendo que Abella como carrilero por derecha con Atlas es un jugador de corte más defensivo.
Fue realmente interesante ver cómo Ibáñez mostró constantemente su jerarquía ante los 3 centrales rivales aunque hay que destacar la labor de Santamaría siendo el central de mayor intensidad y sobretodo capacidad para adelantarse en movimientos y posicionamiento. Pese a lo difícil que se planteaba el juego al frente Pachuca siempre compitió en duelos aéreos ante una zaga "atlista" que con Nervo y Aguilera dejó en todo momento dudas sobre su acomodo en la parte baja.
Pachuca siempre lució como el equipo más agresivo dejando nuevamente a Almada como un técnico innegociablemente ofensivo y de no ser por Vargas en la portería "rojinegra", los "tuzos" se hubiesen merecido al menos 1 gol desde la final de ida y tal vez el control de la serie misma.
Atlas falló en sector defensivo para cerrar su carril izquierdo con un Chalá que siempre se vio expuesto como el jugador más adelantado por fuera obligando constantemente a que Nervo o Aguilera cubrieran esa zona. Hurtado tuvo una final muy intensa buscando espacios y constante desborde por esa banda izquierda que a nivel defensivo que Atlas descuidó, pero nunca optaron por hacer movimientos en diagonal para potenciar los duelos del propio Hurtado e Ibarra contra los stoppers rivales.
Guzmán por parte de Pachuca fue , junto a Ibarra por banda izquierda, el jugador que menos peso tuvo en esta primera final, pero esa falta de intensidad en el enganche mexicano se tiene que juzgar y criticar hoy porque en un comparativo directo con la dupla ofensiva de Atlas, nuevamente dieron muestra tanto Furch como Quiñones de su sobrada capacidad para ganar duelos individuales y combinarse entre movimientos y ejecuciones, siendo Quiñones el gran referente del partido.
Mientras que Atlas recurrió siempre en saltar líneas con balones divididos y proyectar a su mediocampo cuando Furch o Quiñones ganaban duelos individuales, Pachuca apostó a presionar alto, forzar a que su rival no tuviese salida limpia por abajo y anular un tanto la dinámica en mediocampo teniendo a los 2 volantes "rojinegros" más enfocados en faceta defensiva. La diferencia aquí la marcaron la individualidades puntuales de Quiñones y Furch en ataque y la comprensión de Reyes para atacar los espacios que ellos generaban adelante y a Vargas en portería que sacó cuantos balones y jugadas de gol tuvo.
Vuelta
El partido final obligaba a Pachuca tomar más riesgos con 2 goles en contra que debía revertir y aunque el escenario ideal se le presentó en 2 ocasiones anotando en los primeros 10' minutos del partido y antes del medio tiempo, los "tuzos" no jugaron a nada en la parte complementaria y fue relativamente fácil para Atlas controlar el juego cuando todos hubiesen presupuestado una final más "cardiaca" o mínimamente más emotiva.
Si criticamos la ausencia de protagonismo para Ibarra en la final de ida, en los primeros 45' minutos de este juego él fue el que marcó la intensidad en ataque para Pachuca no solo por su gol, sino por los movimientos que siempre buscó desde el carril izquierdo, sumado a los desbordes y la constante propuesta por los duelos individuales para encarar normalmente hacía adentro. La falla de Pachuca nuevamente podría considerarse que fue la presencia totalmente pasiva de Guzmán que nunca tuvo una injerencia directa en esta serie final, salvo algunos esfuerzos aislados por generar cierta dinámica con Hurtado o Ibarra cambiando posiciones.
A Pachuca le faltó utilizar de mejor manera esa posición de enganche o como opción natural, el haberse desprendido de esa posición para ocupar a de la Rosa como segundo delantero durante más minutos, que solo los 15' que jugó el atacante mexicano.
Atlas jugó con el resultado pero más aún con la variedad que futbolistas como Reyes le pueden aportar al cuadro de Cocca. Pese a que el "hueso" partió nuevamente como interior por izquierda, en este juego se le vio mayormente acomodado como un central más o hasta carrilero por izquierda aprovechando la capacidad física de Chalá para proyectarlo más como volante abierto ofensivo. Cometieron un error puntual en el primer gol que fue no saberse escalonar ni apoyar entre Zaldívar y Abella y solo bastó con un enganche hacia el centro de Ibarra para encontrar paso libre a portería desde la banda izquierda para definir ante una mala salida de Vargas.
Nuevamente el partido y el futbol como tal colocó a los "rojinegros" en una posición de polémica arbitral a la que nunca hemos entrado en este perfil, por mero desconocimiento de las bastas reglas que hay y también porque entendemos que estas herramientas tecnológicas no han logrado su objetivo y hoy solo dan pie a que el arbitraje mexicano -y mundial-, esté completamente rebasado y no exista nunca una conformidad absoluta entre jugadores, equipos, afición, especialistas y hasta ex-árbitros, que dicho sea de paso, hoy hablan con una frescura desde la escena mediática, como si en su momento hubiesen sido los jueces perfectos que nunca cometieron un fallo grosero.
Atlas se encontró con un gol de VAR y minutos antes no le marcaron uno por un fuera de lugar con influencia en una jugada de Pachuca. Lo cierto es que pese a tal escenario los "tuzos" tuvieron 45' minutos más para únicamente buscar 1 gol y después de una muy sólida primera mitad el conjunto de Guillermo Almada se apagó con el pasar de los minutos.
Cocca nos sorprendió en la parte complementaria cambiando a una línea de 4 defensas al incorporar a Barbosa en lugar de Santamaría y eso le dio la solidez que venía aquejando en casi toda la serie el cuadro de los "zorros" por bandas. Arriesgo dejando a Aguilera junto a Nervo como los centrales nominales -a sabiendas de que Reyes se acomodaba muy bien como un tercer central por izquierda- y con ello buscó anular cualquier proyección por fuera en el entendido que Pachuca nunca supo cómo atacar por el carril interno.
Los últimos 45' minutos de esta final describen a la perfección lo bien trabajado que hoy está Atlas táctica y hasta físicamente hablando. Controlaron el partido a placer ya a pesar de no tener el balón íntegramente, hicieron que Pachuca tuviese o meras posesiones pasivas o simplemente apostara por dividir para saltar líneas.
Es fácil que hoy salgan los puritanos del juego a decir que el estilo defensivo de Atlas nuevamente se impuso para la obtención de su tercer campeonato de liga. Pero no olvidemos que el juego lo ganó Atlas por marcador global y principalmente porque entendió que esta serie era a 180' minutos y la trabajó en ambos partidos de manera general.
Pachuca da la sensación que no buscó en la parte final el partido con simple ímpetu o intensidad y hoy valdría la pena hasta criticar a jugadores como Hurtado, Guzmán o el propio Ibáñez que se desdibujaron fácilmente con el pasar de los minutos. Aunque también hay que decir que Almada siempre dio una impresión de nerviosismo constante desde la banca y nunca apostó a algo distinto que le diera mayores posibilidades a sus "tuzos".
Es una pena que nuevamente el uruguayo se haya quedado con un subcampeonato pero si consideramos la realidad de este Pachuca hace 6 meses y la de hoy, parecen estar en el camino correcto y con simples detalles por apuntalar para que se mantengan como un cuadro competitivo y aspirante al campeonato.
Atlas hoy es seriedad, trabajo y muy buen futbol. Podrán gustarles las formas o no a algunos, pero si solo se dedican a ver a los equipos mediáticos y le prestan atención al resto de competidores hasta la parte final de los torneos, es fácil casarse con un discurso totalmente alejado de la realidad deportiva. Atlas ha entendido cómo jugar la fase final del futbol mexicano y no por ello debemos demeritar todo lo bueno que hacen durante el semestre. El campeonato pasado quizás era cuestionable para los amantes de la polémica barata. Seguir criticando ahora un bicampeonato -con lo poco que se dan en nuestro futbol nacional-, ya es mera estulticia.
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