Grita México A2021 - Final
Luego de 180 minutos de tiempo regular más un alargue y eventuales penales por fin tenemos nuevo campeón en el futbol mexicano. Tras más de 70 años de sequía el Atlas conquistó su segundo campeonato de primera división luego de trasladar la final hasta su máxima definición.
Atlas y León nos regalaron una serie final digna para el futbol mexicano. Tanto en la ida como en el juego de vuelta vimos futbol espectacular, emociones bastas y un desenlace dramático que ni el mejor guionista de ficción hubiese pensado.
El futbol terminó coronando a un equipo que tuvo un año redondo y que potenció aún más sus cualidades durante este último semestre bajo las ordenes de Diego Cocca.
Los primeros 90 minutos de la gran final del Grita México A2021 pueden dejar conclusiones diversas. Atlas jugó una final con mayor enfoque y por momentos sería válido afirmar que controló la dinámica del juego. León jugó su futbol explosivo y como principal virtud supo reaccionar en momentos cruciales cuando su rival parecía tener mejor estructura línea por línea.
Atlas retomó por buena parte del primer tiempo una presión alta que dominó en toda la fase regular. Buscó y logró incomodar las salidas controladas que intentaron desarrollar los "esmeraldas" y con ello se podría decir que fueron mejores en los primeros 45 minutos. El gran problema de los "zorros" fue que se conformaron con poco y no mantuvieron ese agobio una vez que anotaron primero. Y sus ventajas no duraron mucho.
Los "rojinegros" fueron muy ordenados y sacrificados en cuestiones táctica. La gran diferencia es que León tiene calidad individual de sobra y bastó con una jugada aislada para que Dávila empatara el marcador al final de la primera parte con un golazo de media distancia.
Para la parte complementaria León se adueñó de las acciones y del control mismo. La intensidad fue la principal característica en esos 45 minutos. Atlas jugó más retraído y le bastó una acción aislada entre Furch y Quiñones para encontrar nuevamente un gol que los colocó adelante en el marcador y con ello renunciaron de manera natural al balón y a la presión alta.
León fue de menos a más en esta primera final y supo llegar a la parte complementaria con mayor intensidad y dinámica de medio campo al frente. Empataron el juego a 12 minutos de la conclusión con un Angel Mena que llegó su mejor momento del año a la final de ida y el partido terminó con total vocación ofensiva para la "fiera". En aspectos individuales Meneses, Ramírez y el propio Mena fueron los ejes principales para crear y explotar espacios por carriles externos.
Los "esmeraldas" tuvieron como mejor virtud el haber colocado a Dávila como falso 9 para darle mucho mejor estructura a sus ataques sin la necesidad de tener a un referente en el área y entendiendo que por arriba nunca iba a lograr imponerse a los 3 centrales "rojinegros".
Y resultó muy importante la postura ofensiva de León ya que sin tener a un delantero natural en su esquema los disparos de media distancia fueron una constante y en ese sentido los rebotes que tuvo Vargas en el arco "rojinegro" fueron lapidarios significado un gol del cuadro local.
El penal que terminó por definir la victoria de la "fiera" podrá ser discutido o no pero el juego estaba muy decantado a una sola zona y Atlas jugó a defenderse en exceso y pagó las consecuencias de una postura conservadora cuando habían logrado una primera mitad muy sólida como bloque.
Vuelta
Con la necesidad de empatar el marcador global Atlas encaró la final de vuelta con total vocación ofensiva y explotó todas esas condiciones superiores que mostró en el semestre para jugar directo, controlar el medio campo, circular adecuadamente el balón y potenciar el juego explosivo de Quiñones y la gran virtud y capacidad física de Furch como eje en ataque.
Atlas jugó con la suficiente solvencia ofensiva como para haber conseguido el empate global desde los primeros minutos del partido pero no tuvo suerte de cara al gol. Fallaron al menos 3 acciones claras de gol en la primera mitad mientras que León brilló por su ausencia de medio campo al frente.
La "fiera" jugó unos terribles 60 minutos de la gran final y lo pagó con un eventual gol en contra que empató el global 3 a 3. Con ello Holan modificó en medio campo y la incorporación de Montes le dio más argumentos a los "esmeraldas" para conseguir el balón y equilibrar un poco con posesiones más pensadas. Careció de vertical en Mena y Meneses y Dávila fue bien contenido en ataque como jugador completamente aislado.
Atlas logró ese gol que igualó la final y tras esto el partido decayó en intensidad aunque eso no significara que ambos habían renunciado a buscar el gol definitorio. La defensa de León fue un auténtico desastre en esta final de vuelta y de no ser porque Quiñones se lesionó para Atlas y el mismo desgaste llevó a los "rojinegros" a perder fondo físico, la final pudo haberse concluido en el tiempo reglamentario.
Hoy resulta anecdótica la falla monumental de Saldívar a menos de medio metro de la portería pero pudo haber sido lapidaria para las oportunidades de Atlas. León cerró la final con mayor control y un ritmo más mesurado aunque una acción irresponsable de Gigliotti que terminó con su expulsión, decantó las oportunidades de la "fiera" para los tiempos extra.
Atlas se quedó sin fondo físico y nunca logró imponer su superioridad numérica mientras que León jugó a romper la dinámica, matar el ritmo de juego con interés total por los penales.
La final del Grita México A2021 terminó por definirse desde los 11 pasos y con una muy destacada actuación de Vargas en el arco "rojinegro" la sequía para Atlas concluyó.
Podrán instalar ciertos discursos en búsqueda de menospreciar o demeritar el campeonato "atlista" pero el futbol mexicano debería sentirse afortunado de ver campeonar a un equipo que ha tomado seriedad en los últimos torneos, que también ha desarrollado a una muy interesante generación de jugadores mexicanos jóvenes y que siempre buscó los resultados desde la jornada 1 hasta la final de vuelta.
Quizás a muchos no les convenció la manera en que Atlas jugó la liguilla pero el equipo mejor trabajado de México se dio el lujo de potenciar diversas formas de juego y sobrevivió diversas instancias con el formato de competencias a su favor. Peores equipos han llegado a una final y con menores argumentos y no se ha hecho tanto escándalo como el que ridículamente se quiere instaurar con los "zorros".
León apostó por los penales y no salió favorecido. Atlas jugó para ganarlo y sufrió en cada una de las ejecuciones y al fin logró darle conclusión a su larga sequía de títulos. Momento de que la "fiel" celebre. Y también es un buen momento de que otros equipos entiendan que se puede estructurar a una institución seria y competitiva sin la necesidad de gastar como algunos lo hacen en el futbol mexicano.
Atlas campeón. La "academia" nuevamente está de fiesta. Y el futbol mexicano en todos los sentidos debería ver con buena cara al campeón nacional.
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