Futbol Mexicano - Urgencia del cambio
Es imposible ignorar lo acontecido en esta jornada 9 del futbol mexicano en el estadio "Corregidora" de Querétaro en el duelo entre "Gallos Blancos" y Atlas. Las imágenes de violencia exacerbada hablan por sí solas y el futbol mexicano este pasado 5 de marzo tocó fondo.
Para nada puede tocarse este hecho como un suceso aislado entre grupos radicales de ambos equipos. Si algo demuestran los múltiples videos de lo acontecido en Querétaro, es que hay una descomposición social notoria en el país. Porque escenarios así han habido varias veces en los últimos años como para querer limitar el problema a un juego solamente.
México lleva años con estadísticas relacionadas a la violencia inadmisibles como para que hoy se quieran escudar desde el oficialismo con un discurso erróneo en el que se prioriza ante todo que no haya fallecidos.
Sería irresponsable también querer culpar hoy únicamente al deporte como principal engendrador de violencia cuando estamos hablando de un problema que sobrepasa a cualquier entidad pública o privada y no se limita a los eventos deportivos. Lo cierto es que el futbol mexicano ha ignorado este problema en varias ocasiones y por eso este tema a partir de hoy tendría que modificar la estructura del deporte más seguido a nivel mundial.
Porque así como ayer se rompieron o ignoraron todo tipo de protocolos en materia de seguridad, hace menos de un año se dejó ingresar un arma de fuego al palco de un estadio -Azteca- que aspira a ser 3 veces mundialista en 2026, o los varios enfrentamientos que han habido en donde afición de los principales equipos de México fueron protagonistas.
Se podrían enumerar cientos de casos en los últimos 5 o hasta 10 años de violencia en el futbol mexicano y los comentarios seguirían divididos entre afición, autoridades y la opinión pública en general -nacional e internacional-.
Las múltiples fallas que hoy sobresalen en el futbol nacional se podrían citar enumerar desde las mismas bases de un futbol patrocinado por bebidas alcohólicas, un aparato burocrático que deja al presidente de la liga sin poder alguno ante los dueños de los equipos, reglamentos desactualizados, indiferencia generalizada hacia la rama femenil o hacia los jugadores en general usándolos como simples objetos fáciles de reemplazar, la permisibilidad a jugadores con antecedentes legales de violencia para poder seguir en activo y la tan conocida relación entre clubes y líderes de los "grupos radicales de animación". Todo esto por citar algunos de los muchos problemas existentes.
Tan solo con recordar el tan sonado tema del "grito homofóbico" y las medidas absurdas de las autoridades para tratar de erradicarlo del futbol nacional, sería el ejemplo perfecto de la indiferencia que siempre ha existido entre la violencia y el balompié mexicano.
Como simple portal deportivo en el que tratamos la crítica y el análisis meramente futbolístico estamos muy lejos de tener soluciones ideales en las que el futbol de México quede bien parado ante el mundo. Pero muchas veces en casos extremos como los que estamos viviendo actualmente, valdría más la pena la intervención de un ente externo para que haya cambios verdaderos.
La Federación Internacional de Futbol Asociación -FIFA- debería ser parte hoy de la solución con castigos ejemplares para todo el órgano que dirige al futbol en el país. Sobretodo cuando ha habido una intervención internacional contra un país -Rusia- por actos de violencia que también son reprochables.
Dentro de posibles escenarios ante lo suscitado en Querétaro a continuación enumeraremos algunas ideas que al menos deberían ser consideradas si queremos ver un cambio real para el futbol mexicano.
Si para el día miércoles la LigaBBVAMX no es capaz de hallar soluciones convincentes sobre lo ocurrido el pasado 5 de marzo, en un entorno radical, la FIFA debería actuar con total autoridad y desafiliar al futbol mexicano por los próximos 5 años eliminando a México de todo evento internacional relacionado con este órgano rector del deporte. Solo una solución como esa traería cambios estructurales.
La liga y la propia Federación Mexicana de Futbol si quieren rescatar un poco de la credibilidad que aún tienen tendrían que imponer como principal prioridad y tema a discutir, la desafiliación del Club Querétaro de manera inmediata, el veto definitivo al Estado de Querétaro por varios años sin competiciones oficiales de futbol y fijar este hecho como un precedente histórico a modo de advertencia para los demás equipos, ciudades y Estados.
Romper total relación con los "grupos de animación" que todos los clubes sostienen actualmente y comenzar un proceso de credencialización para todo aficionado que quiera asistir a partidos de futbol y la cancelación de convenios con empresas de bebidas alcohólicas y la venta de éstas mismas en los partidos de futbol.
Otro tipo de sanciones más mesuradas podrían iniciar con el veto al estadio de Querétaro hasta que se reinstaure el tema de los ascensos y descensos -2025-, que la afición queretana sea vetada de cualquier estadio por el mismo periodo de tiempo, que el Club Querétaro pague las multas administrativas de este año en relación al tema porcentual y que quede a partir de ahora en el último lugar de la tabla de cocientes, así como un veto por lo que resta de temporada para la afición de Atlas y una respectiva multa administrativa para dicho club.
Urge que el futbol mexicano se reestructure desde sus cimientos. Que se analicen sus reglamentos, se elimine tanta burocracia, que los dueños no manejen a placer a la liga y que ésta tenga independencia propia. Que sean verdaderos agentes externos quienes manejen a la Liga BBVA MX, la Liga de Expansión MX, la Liga BBVA MX Femenil y categorías inferiores, al igual que Femexfut y sus distintas comisiones y no personas elegidas por grupos de poder -dueños-.
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