Malinchismo puro

Con la controversial salida de Gustavo Matosas del Atlético San Luis y más allá de los escándalos que se hayan revelado del futbol mexicano y  este supuesto caso de un entrenador que cobran "por fuera" cierto porcentaje de dinero por algunos fichajes, el debate deportivo nuevamente coloca a un equipo de futbol mexicano que en menos de seis meses habrá tenido a más de dos estrategas, producto de una inestabilidad directiva que ha sido escudada en varios supuestos escándalos de sus entrenadores.

Es difícil entender como un club de recién ascenso a 1era división, que había mostrado una estructura sólida para competir a este nivel -al grado de incluso pelear por puestos de liguilla-, hoy se encuentre completamente desarticulado a nivel deportivo, sin entrenador y con un único objetivo que simplemente significa sobrevivir lo que resta de la temporada y el año.

Ante la destitución de su primer entrenador -Alfonso Sosa-, que desde el AscensoMX les dio una identidad y sello característico, pocas conclusiones reales se han podido sacar del caso. Fue despedido por una aparente falta de respeto para con algunos de sus jugadores, misma que en su momento desmintió el mismo Sosa.

Tras ello Gustavo Matosas renunció a la selección de Costa Rica y días después fue presentado como DT del conjunto potosino. Los resultados y el futbol mismo nunca acompañaron a esta nueva versión del equipo filial de Atlético de Madrid. Todo apuntaba a que ni siquiera el mismo Matosas por su desempeño se mantendría en el club, pero dicho escándalo sentenció su estadía en el club y supone un golpe duro para las aspiraciones de estratega en el futbol nacional.

La cuestión sobre la cual hoy se debe analizar la situación del Atlético San Luis sin duda alguna fue la primer destitución de Alfonso Sosa. Con un hermetismo digno de cualquier autoridad mexicana, en su momento el futbol solo comunicó las causas de su despido pero nunca se esclareció el tema ni salieron los afectados directos a dar la cara.

La imagen de Sosa fue puesta en juego sin dar pruebas concretas  de su supuesta falta de respeto. Por consiguiente salieron versiones extraoficiales que apuntaban directamente a que la misma institución ya no quería al entrenador mexicano  supuestamente porque sentían que podían aspirar a algo más.

Cuales hayan sido las razones, solo les competerá a los involucrados directos. La única realidad que hoy le compete al Atlético San Luis es que la apuesta por el técnico sudamericano bicampeón hace unos años con León no resultó y hoy el conjunto se encuentra en una crisis institucional y deportiva severa.

Aunado a la falta de resultados y un futbol completamente irreconocible a lo mostrado hace unos meses, también debemos sumarle el castigo que sufrió su afición ante los hechos violentos en el Estadio Alfonso Lastras y el veto de dos juegos que dicha situación trajo.

Involucrarse en el aspecto deportivo debe llevarnos a una especulación directa tras la salida de Alfonso Sosa. Un técnico que ha demostrado ser de los estrategas con más preparación para el futbol mexicano actual, pero que lamentablemente sigue sin recibir el crédito que merece por haber dirigido a equipos con la misma inercia u objetivos; evitar el descenso.

Un entrenador al que se le ha catalogado de resultadista, con tendencias defensivas, o simplemente un entrenador para clubes con problemas porcentuales. Pero así como desde los mismos medios especializados hay cierto reconocimiento por este personaje, no hay un análisis real de lo que realmente hace y proyecta en sus clubes de manera objetiva y de manera irónica se promueve a otros técnicos que como responsables de un club no han hecho absolutamente nada, pero que tienen más "nombre".

Ejemplos de lo anterior hay de sobra. El futbol mexicano está urgido de nuevos entrenadores pero en su búsqueda se ha topado con un sin fin de ex jugadores -en su mayoría-, que sin méritos reales reciben oportunidades en clubes de trascendencia, mientras que a entrenadores que han trabajado de buena manera desde divisiones inferiores casi siempre son catalogados para cierto tipo de equipos y nunca se les valora su capacidad real.

La situación que vive hoy el Atlético San Luis nos pone un ejemplo claro del malinchismo que aún impera en el futbol mexicano, con personajes realmente preparados para trabajar en el máximo circuito pero que siguen sin recibir una oportunidad en un club con mayor seriedad y aspiraciones.

Un resultado fijo de trabajar de manera inconsistente desde el área directa, que se refleja en el campo con decisiones poco claras y que terminan por hundir semestres completos. El futbol mexicano y sus evidentes malinchismo son un reflejo exacto del porqué este futbol se encuentra estancado desde hace años, aunque se nos venda constantemente la idea de progreso. 






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