Barcelona, ¿Filosofía o mero oportunismo?
Con un arranque de temporada turbulento el FC Barcelona nuevamente he puesto en entredicho todos los discursos que por años ha explotado como propios, tales como la filosofía o escuela Barcelona o su modelo de juego, principalmente.
Más allá de los resultados directos que no han sido positivos como en años pasados, el funcionamiento de la plantilla tampoco ha sido el óptimo dentro de lo esperado.
Fácil sería justificar este arranque incierto con la ausencia de Messi, que ha causado baja en muchos de estos partidos por lesión, pero esta cuestión agrava justamente la realidad de un club que desde sus bases se han vuelto dependientes de un solo nombre y hombre y en muchos otros aspectos han dejado de hacer su trabajo.
Han dejado de producir jugadores capaces de rendir en el 1er equipo y han gastado millones de forma exagerada por jugadores que tampoco han logrado adaptarse a la idea de juego que siguen intentado sostener el conjunto blaugrana como suya.
A esta particular atenuante sobre los jugadores que han fichado, los principales responsables son obvios para el equipo, ya que tanto Ernesto Valverde como Josep Maria Bartomeu no han sabido reforzar a la plantilla de manera efectiva. Incluso muchos de sus fichajes han llegado con la simple detonante de "bomba" como si esa fuese la política de un club que años atrás se vanagloriaba de diferente con un futbol al cual muy pocos futbolistas podían llegar.
Por mucho que en el pasado reciente este club haya visto las partidas de aquellos jugadores con los cuales hicieron historia a nivel mundial en la última década, el gran pecado de esta institución ha sido incapaz de encontrarles de manera inmediata reemplazos efectivos.
Aunado a esto, la deuda en Champions League ha sido notoria tras 4 años de no alzar el título, pese a seguir dominando su futbol local que ya significa poco para su afición general.
Irónicamente la realidad de este Barcelona no es tan diferente a la que vive su eterno rival -Real Madrid-. Ambos clubes tienen plantillas multimillonarias pero aún no logran explotar todo el potencial de sus futbolistas y en gran parte de sus encuentros, todo lo dejan al talento individual que tienen.
En el caso concreto de Valverde -DT del Barca-, su proyecto ciertamente se sostiene de milagro tras la escandalosa eliminación en Champions la temporada pasada frente al Liverpool.
Pese a lo exitosa que ha sido su gestión en competencias locales, su dirección ha visto la transformación que ha tenido el equipo respecto al estilo de juego al cual le ha dado variantes que poco se habían visto en el pasado. Algunos dirán que le ha sumado al club, pero en muchos casos este Barcelona hoy está lejos de jugar ese futbol de posesión y proyección ofensiva constante que maravilló a millones. algo alejado a la famosa escuela Barcelona que nos han vendido en el pasado reciente con los años de gloria.
A esta atenuante se le puede sumar la falta de una cabeza clara del proyecto que tiene el Barcelona hoy en día. Bartomeu por el lado administrativo, Valverde cuando conviene en lo deportivo o Messi por encima de ambos cuando es necesario, pero lo cierto es que más allá de que se promueva la continuidad de un proyecto o se sostenga una "estabilidad financiera", hoy no se ve un proyecto fijo para mantener las virtudes deportivas que tuvieron con su generación dorada y mucho menos un plan para hacer que Messi en la parte final de su cerrara -porque poco a poco se está acercando ese tramo-, tenga un club plenamente competitivo ante las demás potencias europeas.
Aunque ya no estén más los Xavi o Iniesta y los mejores años de Messi quizás ya empiecen a agotarse, el problema de este Barcelona tal vez aún no se vea con claridad pero no hay un verdadero líder que esté controlando a este club hacia la dirección que su historia -o lo que nos han vendido como tal- lo requiere.
Basta con ver su accionar en el último mercado de pases en donde se les hizo fácil gastar 100 millones por Antoine Griezmann y entrar en una disputa legal frente al Atlético de Madrid por una negociación desleal con el jugador, que en estricto sentido no era necesario para lo que debía invertir el club en cuestión de incorporaciones.
La inútil intensión de traer de regreso a Neymar con todo y los excesivos gastos que eso requería también es una muestra clara de la nula claridad con la cual se maneja este equipo actualmente, ya que al parecer prefiere el estilo "merengue" como su acérrimo rival de resolver todo con dinero, por encima de un proyecto para trabajar al corto mediano y largo plazo.
Hoy aún no se ve una crisis en el Barcelona pero los síntomas ahí están. Quizás sigan con su dominio local ante la también inoperancia del Real Madrid y la lenta adaptación del Atlético de Madrid acostumbrado a ser siempre víctima y hoy con la obligación de ser protagonista en donde juegue, pero difícilmente con estos manejos el éxito internacional llegará y lo más triste de todo es que a lo mejor al que más le van a terminar debiendo ellos mismos sea a su máximo ídolo, una ve que su historia blaugrana llegue a su fin.
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