Final - Guard1anes 2020

Culminó un semestre complejo en el futbol mexicano. Un torneo repleto de dudas, irregularidades y un cúmulo de decisiones cuestionables con relación directa a la pandemia, que ha impactado a todos los sectores de la sociedad.

En estricto apego a lo suscitado en cancha, León y Pumas dejaron una serie final con 180 minutos muy peleados, sin lograr un futbol brillante pero al final de cuentas una final entretenida, con variantes futbolísticas de ambos lados y un desenlace que terminó enalteciendo la regularidad y terquedad que ha tenido una institución como la de León en los últimos años a nivel local.

Sobre los partidos en concreto que dieron fin al Guard1anes 2020 hubo conceptos muy particulares que a continuación repasaremos de mejor forma.

En el partido de ida jugado en el Estadio Olímpico Universitario antes que cualquier concepto táctico lo que principalmente se impuso fue la intensidad. Pumas fue un equipo que basó su dinamismo más que en cualquier otra cosa, en su intensidad y con ello orilló a León a un juego muy disputado y trabado en medio campo. El partido fue jugado al ritmo que Pumas quizo en buena parte del encuentro, pero tampoco es válido decir que fueron ampliamente superiores a León.

El juego de ida se puede resumir como un duelo físico por parte de ambos clubes, con desgastes similares en cada línea de juego. Pumas aunque no tuvo un control claro en su manejo y distribución puede decirse que ganó el duelo en medio campo, pero León supo lidiar con ello y el duelo directo y rápido que le propuso a Pumas tampoco les afectó. 

Pumas se enfocó mayormente en presionar las salidas de León con intensidad y cerrando líneas de pase directas, casi obligando a la "fiera" a tener que dividir balones de banda a banda y retrasar sus salidas para darle amplitud a su juego. Si robaban el balón, los universitarios manejaron bien las transiciones rápidas por fuera y llegaron a triangular de buena forma -Dinenno fue pieza angular en este tipo de jugadas-, en 3 o 4 jugadas que terminaron creando peligro real pero nada más. 

A balón parado en toda la serie Pumas daba una sensación de peligro constante, pero salvo el gol -que nace de un robo en medio campo y un desconcierto total de la defensa de León-, en juego aéreo casi nunca lograron imponerse con claridad.

Pumas hizo un juego casi perfecto en la ida porque supo sufrir con los espacios que cedió a León cada que la presión no surtía efecto, pero más que nada porque anuló todo concepto con el cual los "panzas verdes" se sentían cómodos y lograron desplegar un futbol que evitó que los laterales rivales se agregaran de forma constante al ataque. Pumas aprovechó su intensidad para anotar primero, pero no logró consumar un gran desempeño grupal y León con un centro al área logró emparejar un juego que nunca se decantó claramente para ninguno.

Los últimos 90 minutos fueron otro duelo de intensidad, orden táctico, pero que poco a poco se fue canalizando a lo que más le convenía a León. La "fiera" inició con un dominio claro del balón su posicionamiento en el campo y una intención clara de anotar. Tras 11 minutos lograron anotar producto de una salida a velocidad por derecha y en la que los movimientos al espacio fueron claves por parte de los delanteros de León, porque esa siempre fue una carencia obvia del cuadro bajo de Pumas. Emmanuel Gigliotti supo habilitarse entre la zaga universitaria y con un balón filtrado solo quedó él y Alfredo Talavera -que influye directamente en el resultado, porque el disparo se podía atajar-.

Tras el gol Pumas fue invitado por León a tomar la iniciativa, pero nunca se vieron conceptos sólidos del cuadro universitario para generar peligro. Carlos González por izquierda como una especie de extremo fue amplio dominador en ambas finales, pero Pumas nunca encontró sociedades con él por esa banda para variar los ataques universitarios. Casi siempre el club Universidad Nacional recayó en un juego que tenía como principal idea el centro al área o el disparo de media distancia si había espacio o quedaba un rebote. Pumas se olvidó de construir sus ataques con el paso de los minutos y poco a poco su intensidad se tradujo en muchas faltas a favor de Léon. 

La "fiera" tras su gol optó por esperar con orden y prudencia y atacar a contragolpes por bandas los espacios que Pumas iba dejando. Pudieron haber convertido un gol antes del hecho al minuto 82, pero para ambos clubes el aspecto físico fue algo que les pesó sobretodo en este juego de vuelta. Tanto en ausencias por lesión, como en ritmo de juego, en esta final ambos clubes mostraron por lapsos prolongados un claro desgaste que mermó en la toma de decisión y ejecución. Pero León fue lo suficientemente inteligente para limitar la creatividad universitaria al ataque y desdoblar a velocidad y descoordinar a la zaga rival con pases al espacio. 

Pumas fue de más a menos en el juego de vuelta y León supo administrar esfuerzos con orden tácito y sacrificios efectivos de cada una de sus líneas cuando el juego lo apremiaba. León tras su gol inicial se impuso en todo aspecto, mientras que Pumas dio una sensación como si mentalmente se fuera perdiendo con el paso de los minutos y nunca logró canalizar sus emociones en favor de su juego.

Sin su futbol brillante y dominador, pero sí con un control y manejo óptimo de los momentos clave del juego, León hoy es campeón del futbol mexicano. Nacho Ambriz entendió cómo jugar esta serie de partidos a ida y vuelta. Con un equipo que tenía variantes de sobra para hacerle frente a cualquier postura, logró siempre imponer sus principales virtudes. Sin ser una final tan entretenida para el espectador, entre la "fiera" y Pumas hubo 2 juegos muy cerrados, con jugadas y momentos determinantes, pero al final de cuentas el mejor equipo en la actualidad logró imponerse con claridad.

Premio suficiente para un club que siempre jugó a lo mismo y mantuvo esa misma ambición en cada partido disputado. Es revitalizador ver que el equipo más regular, el que más entretiene y mejor futbol proyecta termine ganando en el futbol mexicano. Ya le hacía falta a este producto deportivo nacional una culminación así.