En gustos se rompen géneros

Con el mundial de Rusia 2018 acabado, llegó el momento de sacar algunas conclusiones sobre este deporte tan seguido y que sin dudas sigue generando pasiones en cada rincón del mundo.

Pese a que esta sea una tarea meramente subjetiva en la que los distintos puntos de vista y formas de apreciar un deporte chocan, el análisis que presentaremos a continuación únicamente está para ayudar a interpretar lo que nos dejó este mes repleto de futbol. Si hubo avances, retrocesos, estilos que se impusieron, figuras que se consagraron o equipos que defraudaron.

Al ser un mundial que dejó más de una gran sorpresa en cada una de sus fases, hay que resaltar quizás las que están más apegadas a lo real. Dejando los análisis extensos y muchas veces incomprensibles hay que destacar en concreto los resultados que marcaron a este evento veraniego.

Es injusto categorizar selecciones pero qué mejor ejemplo que los mundiales de futbol, para determinar que algunas zonas, por muy pasionales que demuestren ser con el futbol, parece ser que no progresan realmente ni porque estas ocasiones lleguen cada cuatro años solamente.

Tanto equipos africanos, como centroamericanos y asiáticos son los señalados en este sentido.

Africa como de costumbre plantea esta laguna que parece insuperable entre sus equipos técnicos pero poco efectivos o desordenados que siempre dan destellos interesantes, pero como conjuntos parece ser que están destinados a no trascender. Resaltó esta vez Senegal con una generación con un proyecto a futuro que quizás destaque los próximos años. Marruecos mostró un estilo más apegado al futbol técnico y no tanto a lo físico, pero pagó el no haber sido contundente en cada uno de sus partidos. 


Centroamérica es el cuento de nunca acabar. Tan pasionales como los sudamericanos, pero sin esa chispa que los haga resaltar. Sin esa técnica que les resuelva un momento de apuro. Sin grandes grupos que puedan lograr verdaderas hazañas. Panamá fue como mero aprendiz. Costa Rica aprovechó su momento en 2014, pero deberá reinventarse si no quiere conformarse con ese lindo pero lejano recuerdo de Brasil. México fue el relevante, por 45 minutos. Tras ello todo quedó en la misma brecha de siempre.


Asia es otro caso similar a Centroamérica. Japón como México volvió a ser el referente, pero con todo y su disciplina y carácter competitivo, sucumbieron. Australia y Corea del Sur, sin mayores progresos. Irán quizás sea de lo más grato. Se quedaron a unos centímetros de pasar a octavos y con un futbol práctico pero por momentos entretenido, fue de lo más grato que tristemente se quedó en fase de grupos.

De este micro análisis de las confederaciones que nada más no dan el gran salto, pasamos a casos en particular. 

Si de decepciones hablamos los campeones alemanes toman el liderato. Para analizar el juego que brindaron los teutones en tres partidos deberíamos considerar cada momento de cada partido. A México le pudieron anotar en el primer tiempo al menos dos veces claramente, pero en el segundo tiempo con todo y su dominio y control, su carencia de ideas se reflejó en el marcador. Ante los suecos y los sur coreanos demostraron falencias repetitivas a la defensiva. En ofensiva se convirtieron en eso de lo que tanto se burlan. Alemania jugó en Rusia con un estilo tan británico que daba lástima por tantos jugadores creativos y técnicos que llevó -y que dejó en el camino-. 

Pese a eso el resumen es claro. Su defensa se ha avejentado, algunas de sus figuras no estuvieron realmente comprometidas -Muller, Ozil, Neuer, Draxler, Kimmich- y en momentos en los que debieron ser efectivos, no lo fueron. Ojo, Alemania hizo el ridículo, pero están lejos de estar en una crisis. El resultado en Rusia es muy circunstancial. 


Otra gran decepción fue sin duda España. Se cansaron de maravillar a todos en las eliminatorias y en amistosos pero dejando a un lado el escándalo que involucró a Lopetegui y su repentina separación del cargo, al plantel lo que le faltó fue futbol. 

Podrán hablar maravillas de los jugadores y de sus cualidades técnicas, pero España desde hace meses acusaba el mismo problema y ni en tres partidos en fase de grupos lo pudo cambiar. El juego ante Rusia resume esas carencias. El futbol es tan sencillo que tan solo hay que meter el balón entre los tres postes que demarcan a cada portería. España nunca supo como le gustaba atacar y pareciera ser que a ellos solo les interesaba terminar los partidos con el mayor número de posesión, aunque no hiciesen el número de jugadas al ataque que uno esperaría de un equipo con tal nivel. 

Ahí radica el gran pecado de este futbol que tiene técnica, sabe mover el balón en cualquier zona del campo, pero no sabe generar jugadas ofensivas y variantes a las mismas. por otro lado su defensa hoy está compuesta por nombres y no por talento o gran nivel. Ojalá quienes se deban retirar, lo sepan hacer en el momento adecuado. 

Toca el turno de hablar de la "verde amarela". Hay que reconocer que muchos creían realmente en el equipo que había conformado Tite para Rusia. Se hablaba de una verdadera selección brasileña, y aunque en general no cometieron grandes errores y se fueron debido a que hubo un equipo mejor que ellos en la fase final, aún tienen algunos detalles que deben considerar los brasileños para volver a ser potencias reales en cualquier campo. 

Para empezar el estilo depende en demasía de los destellos de sus figuras. En general Brasil no tiene un estilo definido y dejan mucho a la imaginación. Improvisan posiciones en la parte ofensiva y eso los hace incluso predecibles. Evidentemente hay que resaltar que algunas ausencias por lesión y suspensiones afectaron en demasía al equipo brasileño ante Bélgica, pero eso solo sirvió para evidenciar el poco futbol de conjunto que habían desarrollado y su gran figura, Neymar, además de sus excesivas reacciones ante las faltas dejó mucho de su estilo guardado. El brasileño hoy es más caprichoso que talentoso.

De argentina solo podemos decir que su escaso talento como grupo ya evidenciaba lo que sería su papel en Rusia. Tuvieron suerte de al menos pasar la fase de grupos. 

Se esperaba más de Perú, de Islandia y quizás del campeón europeo, pero en los dos primeros casos el escenario sobrepasó a los equipos, así de simple. Portugal decepciona porque ha abrazado un futbol sucio que no genera nada y lamentablemente los hace dependientes de un solo jugador, desperdiciando a muchos jugadores que podrían practicar un futbol más agradable para la vista. 

Por otro lado Uruguay explotó lo más que pudo su estilo clásico, lleno de lucha y esfuerzo pero les faltó algo más que eso. Colombia pudo haber trascendido más, pero no pudieron en los penales y parecen haber desperdiciado una última y gran oportunidad de hacer historia con una buena generación de futbolistas. 


Para sorpresa de algunos y tristeza de quienes aprecian el futbol agradable, en este mundial resaltaron equipos con ideas defensivas similares que más allá de practicar un futbol agradable, simplemente aprovechaban por momentos su ocasiones. No hacemos menos a ningún equipo por dichos estilos pero uno esperaría que equipos com mayor talento y creatividad se hubiesen encargado de selecciones con formas tan limitadas de jugar este deporte. Obvio hablamos de Suecia, Dinamarca, Rusia y por momentos Croacia. 

De estas selecciones solo vale la pena destacar por obvias razones a los croatas ya que pese ha haber mostrado su mejor futbol -con ideas, atractivo, equilibrado, creativo y contundente- ante Argentina, se olvidaron de mostrar esas cualidades en sus demás partidos. Lo sorprendente de Croacia más allá de que hayan llegado a una final -ya que sus diversas llaves y rivales así lo permitieron principalmente- es justo que hayan dejado de practicar ese futbol que los hizo humillar a Argentina. En la fase de eliminación directa adoptaron un estilo práctico que consistió en explotar sus bandas y ser un equipo ligero al ataque, cuando su mejor versión dictaba todo lo contrario ya que en fase de grupos mostraron un equipo equilibrado, con variantes ofensivas y que no hacía tanto desgaste.


Inglaterra fue una grata sorpresa, pero aunque hayan tenido un mundial destacado dejaron ir una oportunidad quizás única de al menos haber sido finalistas. Esta generación tiene mucho futbol pero deberán cuidar mucho ese estilo que al menos en este mundial dejó al más que los clásicos pelotazos al área. 

De Bélgica también valdría la pena un análisis a fondo y es que su gran mundial así lo amerita. Perdieron en semifinales gracias a algunos detalles minúsculos. Dominaban su estilo y su técnico tan duramente criticado, fue idolatrado antes muchos que seguramente no sabían nada de él. Todos esperaban que esta generación belga diera por fin el ancho en un torneo relevante y así lo hizo. Ese encuentro entre franceses y belgas debía determinar al campeón forzosamente. El buen futbol siempre estuvo de lado de esos dos equipos.



Francia también amerita un análisis aparte pero de los campeones solo basta decir que aunque jugaron de manera entretenida y fueron por momentos y durante varios partidos algo sobrados, aún deben explotar más las cualidades tanto físicas como técnicas de sus jugadores. Incluso deberían aprovechar otros que no fueron convocados para potenciar ese nivel. En Rusia demostraron que pueden ser prácticos y efectivos y por momentos gustar a todo mundo, pero ojalá estén preocupados y ocupados en seguir mejorando ya que este equipo tiene talento de sobra para al menos dos mundiales más. 

Rusia 2018 fue en general un buen espectáculo. Muchos nos quedamos con ganas de ver a las grandes potencias enfrentarse entre sí, pero así es el futbol y por eso mantiene aún esa esencia que lo hace tan adictivo a veces. Quizás fue algo decepcionante para quienes esperábamos que las mejores escuelas del futbol dominaran este campeonato, pero la fiesta que envuelve al futbol y sobretodo la mezcla cultural que brindan este tipo de escenarios nos hace reflexionar sobre un mundial bueno o malo. 

Vale la pena esperar cada cuatro años este evento y aunque muchos estén asustados por los próximos mundiales y los niveles que éstos mismos presentarán, no debemos olvidar el contexto social que puede generar un marco como el que provoca el torneo organizado por la FIFA. Más que por el futbol brillante que se practicó o se dejó de practicar, Rusia mostró toda una fiesta en lo que antes de ella parecía un ambiente hostil y frío, digno de un país europeo, pero más que eso fue una grato evento deportivo que en el campo de juego solo demostró que algunos clichés siguen vigentes... Europa para los europeos.  





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