La gran deuda del más grande
Tres Champions League consecutivas, trece títulos de esta competencia en total, un equipo repleto de estrellas en cada una de sus respectivas líneas y una historia que los catapulta sin competencia como el más grande en la historia del futbol. El Real Madrid vive actualmente una época dorada con grandes títulos en diversas finales y con tintes muy distintos en cada una de ellas, ¿pero realmente ha dejado un legado que vaya más allá que los meros títulos?
Para fines prácticos recapitulemos las tres finales en las cuales se consagraron como campeones europeos.
En 2016 tras un estricto análisis hay que reconocer que su rival -Atlético de Madrid- los dejó vivir y con polémicas decisiones se definió todo en penales. 2017 fue abrumador. Derrotaron categóricamente en la final a la mejor defensa del mundo, pero hubo varios cuestionamientos en instancias previas que generaron muchos debates. En 2018 y siendo justos con ambas partes, su rival -Liverpool- se eliminó por sí solo, pero de igual manera algunas jugadas en partidos clave pusieron en tela de juicio la legitimidad de las victorias merengues.
Pese a todo lo que se diga y ya sea por ayudas arbitrales, goles ilegítimos o imponderables del juego, estamos ante una época histórica para el conjunto blanco. Aunque hoy también vale la pena hacer un análisis real sobre el aporte principal que les llegó a dar el técnico en virtud, Zinedine Zidane.
Sus números en general hablarían por sí solos al momento de preguntarnos si fue exitosa la labor de Zidane como técnico merengue, pero es el aspecto deportivo, táctico y estructural el que debería ser más tomado en cuenta, sobretodo si se quiere llegar a algo más que a una memorabilia por los títulos alcanzados.
En ese sentido "Zizou" realizó un trabajo bastante práctico, pero no por eso el más ejemplar para un club tan importante. Es cierto que con él al mando, las contrataciones bomba y muchas veces sin sentido lógico acabaron, pero a su vez los jugadores que han llegado "para el futuro" no han demostrado tener el talento que se requiere para semejante club. Theo Hernández, Marcos Llorente y Dani Ceballos son algunos de esos jugadores. Unicamente el caso de Marco Asensio es digno de resaltar pero tampoco ha demostrado tener esa regularidad necesaria para las exigencias que hay en cada partido con el club.
Sobre cuestiones tácticas y estilo de juego es donde evidentemente está la gran deuda de este dominante club. Sin caer en cuestiones aburridas y para explicar lo que ha realizado Zidane con el Real Madrid, solo basta decir que ha continuado lo que en 2014 realizó de buena manera Carlo Ancelotti como un gestor de grupo más que como un estratega brillante.
Claro está que el Madrid ha construido un club sólido con el paso del tiempo. Hoy presumen ser de los clubes que menos han gastado, pero cínicamente olvidan que su plantilla actual está estructurada a base de millones de euros invertidos, mas no por un gran desarrollo deportivo propio. Precisamente por este motivo, la gestión del banquillo y de los múltiples egos en el vestidor es lo más destacado que ha realizado Zidane como técnico. Por supuesto que también le ha dado uno que otro sello característico a su equipo en algunos partidos en específico, pero decir que es un genio en el banquillo, con todo y su palmarés como técnico blanco, es muy atrevido y poco real.
Aunque les duela admitirlo, si se analiza el desarrollo de cada juego del Madrid bajo las ordenes de Zizou es más fácil encontrar resultados a base de genialidades individuales o imponderables que suceden en un partido, que por un futbol en conjunto que se le pueda reconocer a un trabajo previo. Zinedine Zidane como técnico ha fracasado al intentar darle un estilo propio a su equipo. Este Real Madrid depende en demasía de sus figuras y actualmente su estilo icónico parece ser el que les dejó Mourinho desde hace años: el de un equipo contragolpeador y oportunista.
Podríamos ahondar en el tema estrictamente deportivo al decir que este equipo no defiende bien en bloque ya que no coordina su aparato defensivo de manera efectiva. Que dependen de esfuerzos individuales tanto en defensiva como en ofensiva, pero tienen a un estupendo portero que los salva en varias ocasiones. Que es un equipo egoísta en diversas funciones como las coberturas defensivas, los recorridos y para la definición pero que su mejor futbol pasa por el mediocampo aunque las estadísticas finales siempre vayan a un solo hombre que ha perdido mucho futbol en los últimos dos años.
Un gran plantel que ha ganado muchos títulos, pero que ha dejado de desarrollar un estilo propio y que ha rescatado sus temporadas con logros muy loables pero igualmente cuestionables.
Cuidado, no estamos restándole méritos al trabajo del técnico galo, pero sí le estamos dando un valor real a su gestión y no estamos basándonos solo en los resultados o títulos, porque consideramos que para los estándares que tanto exigen los fanáticos, aunado a los títulos, el mejor club de la historia -como se le conoce al Real Madrid- debería respetar al futbol mismo y practicarlo de una manera estéticamente más agradable para el espectador en general.
Esa es la realidad de este Real Madrid. Ha conseguido títulos a base de dinero, lo cual es muy válido, pero no ha dejado un legado digno de recordar en este deporte. Sus títulos de Champions han servido para maquillar al menos dos temporadas mediocres y aunque tengan en su plantilla a jugadores brillantes y con estadísticas abrumadoras, el futbol que practican como conjunto no es digno de una racha histórica como la que hoy ostentan.
Pero tranquilos, difícilmente el Madrid tendrá una caída deportiva como la han tenido otros clubes históricos en otros países. Pese a que no haya trabajo en la cantera, ni un desarrollo deportivo claro a futuro, éste equipo siempre resuelve esos problemas con la cartera. Parecer ser que ha llegado el momento de renovar en algunas zonas al equipo.
Como conclusión tenemos al mejor equipo a nivel de clubes en toda la historia. Trece títulos de la mejor competencia del mundo no es nada fácil. El problema radicará en el mensaje que quiera mandar el Real Madrid al mundo. Nadie tendrá problema alguno en reconocerles esta época brillante llena de títulos y estadísticas individuales de sus jugadores -algunos de los mejores que han habido en sus respectivas posiciones-, pero como equipo han dejado mucho futbol por detrás.
Con todo y que los madridistas hoy no estén de acuerdo, el triplete del Barcelona y su época dorada con Guardiola sigue siendo incomparable hasta el momento. Precisamente porque además de recuerdos materiales como los títulos que consiguió el conjunto blaugrana -y odiado rival de los merengues-, está el futbol que maravilló a propios y extraños y que en cierto modo revolucionó al futbol en esa etapa y consolidó una escuela propia para España.
La deuda del Madrid es esa. Es para con los románticos de este deporte. Para quienes además de títulos, quieren un futbol estético y espectacular. Algo que sea digno del "club más grande".
"La obligación de los más grandes no es ganar sí o sí, porque solo uno lo hará. Su obligación es, o tendría que ser, la de luchar por ello pensando en el bien del futbol y de la gente que los sigue." - Johan Cruyff
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