El hombre indicado

El pasado reciente en el futbol azteca ha traído nuevamente el debate sobre la dirección técnica de la selección mexicana. Muchos son los señalamientos que se le han hecho al ahora timonel del conjunto tricolor, Juan Carlos Osorio, por diversos factores entre los cuales destacan: un funcionamiento que no convence, convocatorias polémicas y las controvertidas rotaciones que para todo aficionado, conocedor o crítico, resultan una violación al futbol moderno.

A pesar de todas estas críticas y debates que el ex futbolista y hoy técnico colombiano, bajo su gestión (que abarca desde octubre de 2015 a la fecha), sostiene un récord de 20 juegos dirigidos con un total de 16 victorias, tres empates y una sol derrota (la cual difícilmente el mexicano de a pie le dejará de recriminar puesto que fue el 7-0 contra Chile).

Si bien son apenas 20 juegos, debemos tener en cuenta que la selección de México es la escuadra que más partidos realiza por año, prostituyéndose de manera constante tanto en torneos como Copa Oro, Copa América y los múltiples partidos amistosos realizados en Estados Unidos que más que beneficios deportivos, solamente han ayudado a que se cumpla el objetivo de ingresar los 400 mdd previstos por expertos (Forbes) que en su momento señalaron que para Brasil 2014, este equipo generaría 250 mdd en patrocinios, partidos, y publicidad por mencionar algunos.

Pasando al ámbito deportivo, se podría pensar que muchas de las críticas son exageradas.

Con respecto a las convocatorias y las polémicas que éstas han generado, el pasado no ha sido tan alentador para seguir con esa retórica barata. Casi todos los técnicos anteriores se han casado con uno o más jugadores en momentos cruciales de la selección o incluso más peligroso, con una idea de juego que en su momento quizás no fue la adecuada.

En el caso de Juan Carlos Osorio los cuestionamientos han girado en torno a una nula filosofía fija, un cuadro principal inexistente y un futbol agradable. la pregunta en este caso sería ¿quién ha logrado implantar una filosofía atractiva, con resultados positivos con un equipo fijo?

Comenzando con César Luis Menotti, el argentino logró cierto cambio de mentalidad en los futbolistas, pero junto con Bora Milutinovic fueron criticados principalmente por ser extranjeros y no duraron gran tiempo. 

Miguel Mejía Barón quizás tuvo a una de las tres mejores selecciones que ha tenido el combinado azteca, pero a pesar de su segundo lugar en Copa América, dejó las mismas impresiones que Manuel Lapuente en sus respectivos mundiales. El "sí se puede" ha seguido siendo un recordatorio de que normalmente no se ha podido.

Enrique Meza en su proceso fracasó rotundamente. Javier Aguirre demostró ser un gran bombero para las eliminatorias, pero un técnico terco en los mundiales. Con Ricardo La Volpe tenemos otro caso de extranjero que hace su labor de manera aceptable, con una filosofía aceptada adecuadamente por el jugador mexicano, pero que tristemente alcanzó su tope deportivo, un año antes del mundial, dejando dudas en directivos y fanáticos.

Hugo Sánchez pudo haber hecho algo diferente, pero no pudo contra una Haití de niños y su proceso fue cortado quizás de manera injusta.

Los dos siguientes casos dignos de mencionar son los de José Manuel de la Torre y Miguel Herrera. El primer caso fue un gran ejemplo de un estudioso que se casó con jugadores, con una idea y que llevó al extremo un futbol que en sus inicios entretenía y aspiraba a trascender. Con Miguel Herrera, fue la renovación de una idea anteriormente tomada (con La Volpe), aunque con jugadores ciertamente solapados. En ambos casos se falló y se dejó al tricolor en circunstancias bochornosas.

Ante esto, ¿qué hemos podido aprender quienes llevamos años observando cada proyecto que tiene por título "selección mexicana"? 

La continuidad en los proyectos es algo que aún no entiende el futbol mexicano en general y estrictamente hablando del representativo del futbol mexicano profesional, éste ha tenido al menos 21 técnicos desde 1990 hasta hoy, mientras que Estados Unidos (principal rival de la zona) solamente ha cambiado en siete ocasiones.

En el caso de las famosas rotaciones de Osorio, tenemos tenemos grandes ejemplos que nos han dejado dos mundiales bajo Javier Aguirre o eliminatorias como con el Chepo de la Torre, que son tan sencillos como no casarse con jugadores.

Tan simple y sencillo como que en México, el futbolista nacional es de momentos y no de regularidad. Precisamente por tal motivo, las rotaciones dan pie a poner siempre a los que mejor nivel presenten.

Con respecto al funcionamiento e idea de juego, muchos críticos señalan que este equipo no sabe a lo que juega puesto que no repiten constantemente alineación, haciendo parecer este deporte algo tan complejo, en donde si un futbolista o un equipo en total se deja anotar siete goles sin respuesta ni dignidad, es directamente culpa del técnico.

Ciertamente Juan Carlos Osorio no ha logrado grandes resultados (salvo paupérrimas victorias con tonalidad de proezas en la mediocre zona de Concacaf),  ha dado muchos elementos para el análisis sobre su forma de llevar a esta selección.

Respetando su filosofía de rotaciones constantes, el apego al estudio del rival en turno con la misma determinación con la que trabajo con su equipo y una filosofía que depende directamente del partido a afrontar, son algunos de los conceptos que podemos obtener del técnico colombiano, que de la misma manera como Menotti, Milutinovic y La Volpe por mencionar algunos, ha obsequiado ideas diferentes al futbol azteca.

 Cuestionamientos todos han tenido y esos nunca se frenarán, puesto que cada mexicano se siente técnico capacitado para traer la gloria deportiva cuando de futbol se trata. El futuro de la selección es incierto, pero habrá que aprender a medir cada resultado de acuerdo a los actores que en él participan. Chicharito podrá fallar un gol cantado porque es humano, pero todos sabemos que si México vuelve a perder vergonzosamente, será culpa de Osorio.

El hoy técnico nacional deberá continuar con su buena gestión. Jugadores, directivos y patrocinadores están con él. La afición ciertamente no confía en su labor y pareciera que prefiere a cualquier irreverente que en su acta simplemente diga: nacionalidad mexicana. A pesar de esto y mientras el "'tri" mantenga estabilidad y resultados (que para muchos es lo único que cuenta), Osorio seguirá siendo el hombre indicado. 





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