Un verdadero cambio
Sumados a tantas críticas, expectación y "pasión" que provoca la selección mexicana, consideramos en Marcador Global dar nuevamente (aunque parezca recurrente no es nuestra intensión) nuestro punto de vista sobre el momento específico que vive la escuadra azteca.
Entendiendo y sosteniendo la idea firme de que esto sólo representa al futbol profesional que se practica en nuestro país, dejaremos a un lado eso términos obsoletos que hacen creer a muchos, que la patria está de por medio en cada encuentro del "tri" o que venden un nacionalismo barato, que muchos consumen a tal grado de olvidar que este es un espectáculo deportivo y nada más.
A pesar de esto y dejando a lado la visión difuminada que tiene la mayoría de la afición mexicana, hay personas que sí deberían preocuparse por el actual rendimiento del tricolor. Personas obviamente que están ligadas de manera directa a este deporte y que en él han encontrado una forma de vivir y de trabajar de manera profesional. Nombres como Guillermo Cantú, Decio de María y Santiago Baños por mencionar algunos (entendiendo que hay todo un organigrama con más responsables) son o en teoría deberían ser los más preocupados por entregar cuentas.
Es evidente la facilidad que todos los espectadores a nivel mundial han ganado para poder dar puntos de vista, críticas y observaciones en cuanto a futbol se refiere, considerándonos en muchos casos técnicos aptos para varios equipos (sin conocer siquiera lo que son las sesiones de entrenamiento, gestiones administrativas, filosofía didáctica del futbol, fisiología, psicología y liderazgo) y que al final de cuentas en una época donde las redes sociales tienen un efecto determinante en sectores populares, terminamos siendo los aficionados, los de mayor poder en este rubro deportivo en muchos casos.
En el caso concreto de la selección mexicana, increíblemente se siguen repitiendo los mismos errores.
A tan sólo un año de que Juan Carlos Osorio tomara el puesto que dejase vacante Miguel Herrera como director técnico del tricolor, este equipo se encuentra en otro de sus muy recurrentes malos momentos. Con resultados que aspiran a lo mediocre, con un funcionamiento que dista mucho de ser de una selección que está catalogada como una de las mejores 20 del mundo y con jugadores a quienes todo el mundo trata como figuras cuando su rendimiento comparado con la élite mundial, deja mucho qué desear.
Con un 7-0 que tiene injustamente en la espalda el técnico Osorio, la mayoría de aficionados hoy exigen de manera absurda la salida de este personaje con un estilo peculiar para manejarse dentro de su labor (poco ortodoxo para el medio mexicano), escudándose en las mismas ideas de siempre como "el grupo no lo entiende", "no se aspira a nada con él", "el funcionamiento no es el adecuado" o "con él no vamos a llegar a nada".
Para nuestros lectores optimistas que consideren que la solución como siempre es correr al técnico y nombrar (como se tiene previsto) a algún viejo conocido del futbol local, les debemos decir que están completamente equivocados.
Si bien es cierto que un nuevo técnico siempre trae consigo una carga positiva que normalmente en México se reditúa en resultados positivos, es ahí donde encontramos el primer factor para mostrarles sus ideas erróneas de ver este deporte. Revisen nuestras anteriores publicaciones en donde mencionamos algunos datos de técnicos nacionales anteriores y podrán observar que prácticamente la historia siempre se repite.
Todos los técnicos inician con números de escándalo en la parte positiva, con victorias al por mayor y supuestos funcionamientos ya establecidos. Pero siempre se tiene una derrota en mundial contra Estados Unidos, dos contra Argentina, una copa Oro corrompida por los organizadores, una Copa confederaciones o para este último caso, un 7-0 que debería pesar más a esos jugadores que en 90 minutos dejaron su dignidad como profesionales al menos.
En el peor de los casos tenemos lo que pasó con "Chepo" de la Torre, a quien se le apoyó y respetó su labor hasta un momento en donde ya casi era tarde, pero de manera milagrosa se mantuvo el proceso y se logró una clasificación inmerecida al mundial.
En el caso del "Piojo" Herrera, todo mundo habla del escándalo que tuvo al agredir a un periodista, pero su proyecto iba en caída libre a manos de los jugadores, quienes se vieron solapados por este personaje y convirtieron a la selección en un lugar para socializar, llevar a familiares a las convocatorias y premiar el aspecto comercial antes que el deportivo. Decir que Miguel Herrera estaba haciendo las cosas bien iba a llevarlos al mismo punto donde están ahora, una crisis de funcionamiento y resultados.
Continuando con el caso del señor Juan Carlos Osorio es cierto que sus modos de trabajar no han gustado para nada a la mayoría. Su modo de ver y trabajar el futbol ha dejado mucho qué desear para selecciones nacionales, pero si hay culpables principales, estos deberían ser los tres personajes anteriormente citados: Guillermo Cantú, Decio de María y Santiago Baños.
Personas que se jactan de llevar la logística y la administración del futbol azteca, que en teoría se vieron convencidos con la novedosa técnica del director colombiano y que de buenas a primeras pasan inadvertidos cuando las crisis llegan y que precisamente son los que en primer plano deberían preocuparse por mantener sus cargos.
Ahora bien, sin entrar en más preámbulos, algunas sugerencias que a pesa de sonar en cierta manera extremas o poco factibles, esto es lo que en Marcador global consideramos puede llevar a una solución para selecciones nacionales.
1. Dejar de solapar a los futbolistas y convocar a los que merezcan estar. Dejando a lado los "experimentos y las pruebas que solamente hacen más informal el llamado a selección nacional.
2. Dejar el negocio a segundo plano. Es cierto que los señores de pantalón largo han hecho a esta Federación de Futbol Mexicano como una de las que más dinero genera a nivel mundial, pero han convertido al futbolista en estrellas de comerciales y no en futbolistas de nivel (que venden en sus productos irónicamente).
3. Apoyar al mismo proyecto hasta las últimas consecuencias. Y en caso de que el proyecto no tenga un futuro prometedor, que sean todos los responsables los que paguen las consecuencias (directivos, cuerpo técnico y JUGADORES).
4. Acabar con esas giras de partidos moleros que solamente sirven para ganar más y más dinero, escudados en la frase "le llevamos a nuestros compatriotas que trabajan en Estados Unidos su selección para que ellos también la disfruten".
5. Seriedad en las concentraciones, dejando a la familia de los futbolistas a un lado. En teoría son profesionales en lo que hacen, ¿por que necesitan a su familia en las convocatorias?
6. Darle seriedad al proyecto "selección nacional"
Ultima sugerencia y tal vez la más radical
7. Respetar los procesos aún con ausencias a los mundiales o copas confederaciones.
El tri ha llegado al punto en que debe ausentarse a un mundial y aceptar cambios radicales que le den prioridad a lo deportivo. Perdiendo millones en publicidad y muchos aspectos más, con una ausencia en un mundial y respetando cabalmente los procesos mundialistas es como esta selección puede encontrar un rumbo más seguro y no el que le brinda cada técnico por espacio de un año o dos, para que a la primera etapa de crisis se reinicie con lo mismo.
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