La Sencillez de una Leyenda

Tras un prolongado análisis  de nuestro equipo sobre cómo iniciar esta temporada de fútbol europeo en nuestras publicaciones, llegamos a la conclusión de presentar un sencillo punto de vista sobre una leyenda europea que encarará al parecer esta temporada 2015-2016 como la última en su carrera, siendo un jugador histórico para su país y un claro ejemplo de sencillez y humildad una vez estando en el éxito.

Este jugador, que cabe destacar nació en Polonia pero se ha destacado por su participación tanto en clubes  y en la selección alemana, tiene entre su palmarés varias copas de liga alemana, copas alemanas, varias Bundesligas, así como una Copa de Italia, al igual que logros individuales como una bota de oro y una de plata en Mundiales, un premio al Fair Play en su país (que no es poca cosa) y por supuesto, una Copa del Mundo y el título de máximo goleador en Copas del Mundo con 16 goles.

Sin aún no saben de que jugador estamos hablando, descuiden ya que este delantero que siempre y como gran definidor tiene bien dibujado el arco en su mente, es hoy el máximo anotador para su selección con 71 goles y a pesar de ya estar retirado de esta misma, sigue demostrando su calidad hoy en día jugando en Italia para la Lazio; estimados lectores este pequeño relato es dedicado a Miroslav Klose.

Futbolista en sus inicios del Kaiserlautern, así como del Werder Bremen y mayormente recordado en su paso por el Bayern Munich, hoy se prepara para encarar un torneo más con la Lazio en Italia en la que esperan poder hacerle frente a los rivales directos como la Juventus o la Roma e incluso tratando de clasificar a la Champions League o peleando en la Europa League donde se ve con mejores oportunidades de trascender.

Si bien podríamos hablar de un goleador de época que cumplió en cada equipo en el que jugó también, podemos y consideramos más importante hablar de un auténtico profesional que entendía el valor de esa palabra, que se preparaba muy bien para cada partido, que pocas veces se le vio haciendo publicidad y descuidando lo deportivo y que como pocos entendía eso que hoy conocemos como Fair Play y que casi no lo vemos hoy en día.

Resulta ser que en 2005 jugando para el Werder Bremen se le otorgó el premio al juego limpio en Alemania, tras una jugada polémica en la que se le marcó un penal a favor haciendo que éste mismo fuera con el árbitro a pedirle que revocara esa marcación puesto que la jugada había sido legal, ayudando al cuerpo arbitral en ese momento. Pero ese gesto de honestidad no quedó en ese partido solamente. Por el año 2012 jugando para la Lazio en un partido ante el Napoli, Miroslav tuvo la oportunidad de abrir el marcador tras haber anotado, pero ante el festejo de unos y el reclamo de otros fue nuevamente con el árbitro a indicare que anulara el gol, puesto que lo había anotado con la mano.

Dos ejemplos aislados que sencillamente nos demuestran la clase de jugador que ha sido este delantero. Un futbolista profesional, honesto y que se respeta al fútbol incluso más que algunos futbolistas que son leyendas, pero que siempre estuvieron unidos a los escándalos.

Hoy en día "Miro" como se le conoce mejor, se preparar para la que podría ser su última temporada jugando de manera profesional y a pesar de que prácticamente lo ha conseguido todo en su carrera, cada partido se puede apreciar a ese delantero que busca anotar y que está comprometido con su equipo al 100%, por lo que sin duda será un futbolista al cual se le va a extrañar sobretodo por esa sencillez con la que se ha caracterizado sobretodo en un fútbol actual donde la mayoría de quienes lo practican, suelen ser muy caprichudos.

Miroslav Klose, un delantero que ha marcado una época en su país e incluso en Europa, aunque tal vez ignorado en América al no ser el más espectacular o el más promocionado, pero que por su forma de ser dentro y fuera del terreno de juego nos deja en claro cómo se debe trabajar para llegar al éxito. Un futbolista ejemplar al cual el fútbol mundial siempre lo tendrá entre sus delanteros más grandes.

            Miroslav Klose festejando con Thomas Müller