Sin más tango
Vivir bajo la sombra de demasiados genios que han portado el número diez o que han eclipsado el futbol en todo un país parecía ya algo importante para sortear. En un equipo en el que han dejado su marca Mario Kempes, Gabriel Batistuta o un Juan Román Riquelme para los más contemporáneos -dando por hecho que Maradona también está siempre en todas las comparaciones-, sobresalir con la albiceleste es algo difícil de conseguir. Pero Lionel Messi no fracasó. Máximo goleador con Argentina y unos de los máximos ídolos indiscutibles que ha aportado el futbol a nivel mundial no se puede discutir. Recriminarlo por lo que hace o deja de hacer en el campo es absurdo, cuando a millones de personas ha maravillado con sus goles, sus asistencias o su manera de controlar y construir con el balón. Sin embargo, al parecer una medalla de oro en juegos olímpicos es muy poco para una vitrina albiceleste que siempre se ilusionó con el genio blaugrana. Tanto el argentino como el aficionado en general...